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The Birth
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The Birth

The Birth From the project Teen Mom Uruguay is among the countries with the highest rate of teen pregnancy in the world. The largest number of maternity cases, as well as the most complex of Uruguay are atended at the Women's Hospital "Dra. Paulina Luisi " in the Pereira Rossell Hospital Center. The teen pregnancy rate atended was 26%. While in Uruguay there are 60 teenage pregnancies per 1,000 inhabitants, the global average is 49. For the authorities it has always meant a problem: more prematurity, lower birth weight, higher prevalence of congenital syphilis, the reproduction of poverty and 85% of teenage mothers who left the education system. Most young people I spoke with decided to have their children and it never crossed their minds to abort. The professionals working at the hospital reported that in their respective neighborhoods, these young women no longer belong to street rods, they charge to a higher status, that of being a mother. Being a teenage mother in the neighborhoods on the outskirts of the city has another connotation that a middle or upper class girl wouldn’t have. For a teenage mother from a lower socioeconomical status a child is a proper object, a possession from which no one can deprive her. Her child becomes a way to approach a higher level in the social ladder, it’s a life project. Results of a field study conclude that they tend to repeat the patterns of their mothers, who mosttly were also teenagers as them. From a 23 patient sample, 19 were born to a teenagers. Their closest references has been very young mothers, which is well regarded in their communities and neighborhoods. El Nacimiento del proyecto Madres adolescentes. Uruguay está entre los países con mayor tasa de embarazo adolescente del mundo. En el Hospital de la Mujer “Dra. Paulina Luisi” del centro hospitalario Pereira Rossell, la maternidad más grande y compleja del Uruguay , el porcentaje de embarazos adolescentes atendidos fue 26%. Mientras en Uruguay hay 60 embarazos adolescentes cada 1.000 habitantes, el promedio mundial es 49. Para las autoridades esto siempre ha significado un problema: más prematurez, más bajo peso al nacer, más prevalencia de sífilis congénita, reproducción de la pobreza y un 85% de madres adolescentes que abandonaron el sistema educativo. La mayoría de las jóvenes con las que hable decidieron tener a sus hijos y nunca se les pasó por la cabeza abortar. Las profesionales que trabajan en el hospital relataron que en sus respectivos barrios, estas jóvenes dejan de pertenecer a las barras de la calle y cobran un estatus superior, el de ser madres. Ser madre adolescente en los barrios de la periferia de la ciudad tiene otra connotación que no las tiene una joven de clase media o alta. Para una madre adolescente de las clases más bajas tener un hijo es un objeto propio, una posesión de las que nadie las podrá despojar. Una forma de acercarse en la escala social siendo un proyecto de vida. Resultado de un estudio de campo se llega a la conclusión que repiten los patrones de sus progenitores quienes también fueron madres adolescentes. De una muestra de 23 pacientes, 19 de ellas son hijas de adolescentes. Sus referentes más cercanos han sido madres muy jóvenes lo cual es bien visto en sus comunidades y barrios.
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